Escribir para publicar, especialmente en la academia (y III)
En esta tercera ý ultima entrega de esta serie temática, reseño unas pautas adicionales que creo pueden ser útiles para ese esquema general que todos debemos tener en cuenta al momento de escribir con el propósito de publicar un escrito específico.
En esta tercera y ultima entrega de esta serie temática, reseño unas pautas adicionales que creo pueden ser útiles para ese esquema general que todos debemos tener en cuenta al momento de escribir con el propósito de publicar un escrito específico.
En relación con el ítem de la segunda entrega: “Proceso para elaborar un artículo científico publicable”, agrego otros consejos básicos:
- Revise textos clásicos o buena literatura relacionada con el tema que usted está tratando y observe cómo inician esos escritos. Le pueden servir de modelos.
- Decida qué orden dará al texto, apoyándose en la tabla de contenido o esquema elaborado antes de la consulta bibliográfica.
- Es muy importante que el autor piense en el lector o público al que va dirigido su texto y le presente, en consecuencia, un escrito claro, coherente y que se constituya en una experiencia de aprendizaje.
- Para escritos en español, evite precisamente el uso de palabras que no estén españolizadas o que no tengan una circulación amplia entre el público al que va dirigido texto.
- Abstenerse de utilizar palabras mal configuradas o con fallas en su construcción gramatical. Por ejemplo: investigamiento, relacionamiento, discursividad, lecturabilidad, escriturabilidad, problémico, referencialidad, adultización, juvenilización, representacional, pedagogizar, internalizar, agendación, redimensionamiento, gerenciamiento, entre otras.
- Evite usar, en lo posible, lo que se denomina como: “frases hechas” o “frases de cajón”, las cuales, al final, poco o nada aportan al texto. Por ejemplo: “oposición en clave de resistencia”; “la lógica de la economía del consumo”; “la cultura de la violencia”; “la lógica racional de las necesidades” o “la lógica individual de las apariencias”; “reproducción en clave de caricatura”; “realzar la relevancia”; “estudios a nivel de deserción escolar”; entre otras.
La importancia del método de escritura
Muchos autores enfatizan en la importancia de un método de escritura, ya que este permite la elaboración del manuscrito mediante un proceso ordenado, coherente y lógico, reduciendo los esfuerzos de revisión y reescritura. Eso sí, es casi que imposible obtener la versión final en el primer borrador. Usualmente, los evaluadores interpretan “una presentación pobre del manuscrito” como una falta de interés o de rigor, de tal forma que se aumentan las probabilidades de que rechacen el texto.
En este contexto, un proceso coherente podría resumirse en los siguientes tres pasos básicos:
- Preparar las tablas-figuras del manuscrito y los párrafos en que se discute sobre su contenido.
- Escribir las secciones del escrito, aplazando para el final los apartes de la introducción, las conclusiones y el resumen.
- Realizar la revisión final de estilo.
El estilo
El estilo tiene que ver en la forma como el autor escribe; si bien este es un aspecto subjetivo, existen unos principios básicos, y de alguna forma universales, que muchos autores reiteran en sus tratados sobre esta temática. Algunos parámetros, son:
- Oraciones precisas, concretas, informativas y simples, evitando las “verdades generales” o las frases que no aportan hechos concretos.
- Se debe facilitar la lectura usando frases y párrafos cortos.
- No se deben presentar explicaciones largas sobre principios bien conocidos o teorías que son propias del cuerpo de conocimientos especí-ficos de los potenciales lectores.
- Un principio de gran importancia: hay que separar los resultados de su interpretación (es una técnica que facilita la lectura).
Hay que tener en cuenta que la escritura deficiente es una causa de rechazo por parte del editor, incluso antes de que los pares hayan revisado el manuscrito.
Recomendaciones para la revisión del texto
No se detenga en perfeccionar la escritura; lo primero es lo primero: escriba; luego, dé una mirada global al texto para empezar a hacer los ajustes que requiera.
- Lea como escritor y pregúntese: ¿se entiende este escrito?, ¿qué hay que mejorar?, ¿el escrito dice exactamente lo que está en mi mente?
- Lea como lector: incorpórese en la mente de su posible lector: ¿entiende lo que dice el texto?, ¿está de acuerdo?, ¿qué opinión le merece?
- Hable con un lector real: pídale a un colega que le dé su concepto sobre el texto. Recíbalo como un aporte para mejorar.
- Imagine un diálogo con el lector: ¿qué preguntas podría hacerle sobre su texto?, ¿cómo le respondería usted?
- Adopte una actitud crítica: relea el texto como si fuera un crítico implacable. Busque todo lo que los lectores puedan cuestionar. “No dore la píldora”; sea crudo en su crítica.
- Lea el texto en voz alta: el oído es un excelente medio para detectar cacofonías, falencias… ¿Le gusta cómo suena su escrito?
- Compare planes: retome la versión original, su tabla de contenido y compare con el texto ya terminado. ¿Ha olvidado algo?, ¿le sobra algo?, ¿responde a su pregunta inicial?
- Subraye o resalte: lea el texto y resalte lo que no le gusta. Así podrá ajustarlo hasta que quede satisfecho.
- No abuse de recursos como los conectores: pueden oscurecer más que aclarar su escrito.
A modo de conclusión
- En la vida académica se pueden presentar aciertos y errores en la publicación de artículos. Un análisis intensivo de dichos aciertos y errores puede generar una mejora significativa en la aceptación de los artículos por parte de las revistas y congresos.
- En especial, los investigadores en formación, deben desarrollar habilidades de comunicación escrita y, particularmente, destrezas coherentes con la publicación de manuscritos científicos.
- Reitero: todo lo que he dejado plasmado en esta serie son aspectos que no configuran un “articulado normativo”, sino que se convierten en unas pautas flexibles, las cuales he compilado de diversos textos pedagógicos sobre redacción de textos y de conceptos de especialistas en esta temática.
Bibliografía recomendada:
- CASSANY, Daniel. La cocina de la escritura. 6ª ed. Barcelona: Anagrama, 1998.
- CORREA RESTREPO, Lorenza. Actualización del lenguaje. 4ª ed. Primera reimpresión Medellín: Sello Editorial Universidad de Medellín, 2010.
- GRIJELMO, Álex. La gramática descomplicada. 1ª ed. en Colombia. Bogotá: Taurus, 2007.
- ICONTEC. Trabajos escritos: presentación y referencias bibliográficas. Sexta actualización. Bogotá: ICONTEC, 2008.
- INSTITUTO CERVANTES. Saber escribir. 3ª reimpresión en Colombia. SÁNCHEZ LOBATO, Jesús (Coord.). Bogotá: Aguilar, 2007.
- MOLINER, María. Diccionario de uso del español. 2 tomos. 3ª ed. Madrid: Gredos, 2007.
- PAREDES, Elia. Prontuario de lectura, lingüística, redacción, comunicación oral y nociones de literatura. 2ª ed. México: Limusa, 2008.
- REAL ACADEMIA ESPAÑOLA. Diccionario de la lengua española. Vigésima segunda edición. Madrid: Espasa Calpe S. A., 2001.
- REAL ACADEMIA ESPAÑOLA. Diccionario esencial de la lengua española. Madrid: Espasa Calpe S. A., 2006.
- REAL ACADEMIA ESPAÑOLA. Diccionario panhispánico de dudas. Bogotá: Santillana, 2005.
- SERAFINI, María Teresa. Cómo redactar un texto. Barcelona: Paidós, 1999.
Imágenes copipegadas de: http://bit.ly/2khdAlO, http://bit.ly/2vpVT5L y http://bit.ly/2oGXSPQ (Pixabay: banco de imágenes gratuito / Los URL tienen técnica de acortamiento aplicado).
Por: César Augusto Muñoz Restrepo
Corrector de estilo institucional de Uniremington
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