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Cultura y conciencia

En cada país o región, las poblaciones tienen sus creencias y sus costumbres muy particulares de comportamiento en sociedad, hábitos que conocemos como cultura.


En cada país o región, las poblaciones tienen sus creencias y sus costumbres muy particulares de comportamiento en sociedad, hábitos que conocemos como cultura. Muchas de ellas han germinado, cultivado y desaparecido con el paso de los años, mientras que otras han permanecido o evolucionado. Estas culturas han determinado las maneras de pensar y de actuar de las personas que las han conformado.

Las culturas en las que se han sembrado las semillas del desarrollo de oriente a occidente, de norte a sur, en todas las etapas de la raza humana, han tenido manifestaciones, tanto positivas como negativas, y las cuales han dejado importantes legados para cada nueva generación que los heredan.

Precisamente, es necesario destacar a culturas como la egipcia con sus construcciones milenarias; la griega con su pensamiento y su saber; la romana con su militarismo; y a las animistas. forjadoras de potentes dioses que todavía son mencionados.

Así, por ejemplo, la historia da cuenta de que los griegos fueron los primeros que utilizaron la razón, abriendo a paso a diversos saberes teóricos y aplicados, tales como la arquitectura, la literatura, el teatro, la ingeniería y la medicina; la técnica y la tecnología, y a la concepción del Estado como hoy lo conocemos. De hecho, Sócrates, Platón y Aristóteles son nombres que todavía están vigentes por sus doctrinas e ideologías. En definitiva, la civilización griega del comienzo aportó elementos fundamentales que hoy nos permiten concebir y asumir el mundo moderno.

Por otra parte, la Roma de hace siglos, también dejó un valioso legado cultural, el cual se extendió por vastos territorios sobre los que marcó profundas huellas. Entre sus más destacados aportes están el derecho romano, importantes elementos para la religión cristiana, el arte de la oratoria, el latín –idioma base de la mayoría de las lenguas romances–. Es válido anotar que entre los precursores de la cultura occidental, plasmados en textos literarios, históricos y de investigación, todavía figuran escritores, filósofos, historiadores y médicos de origen romano y de alto reconocimiento. De sus inventos más relevantes pueden mencionarse: los acueductos, el cemento y las técnicas quirúrgicas en la medicina.

En cuanto a los egipcios, los historiadores hablan de sus grandes aportes a la humanidad, que han sido esenciales para el desarrollo de la sociedad. A ellos se les atribuye el incentivar los movimientos populares, la creación de técnicas para el planteamiento y solución de problemas, el método algebraico, el sistema decimal y las fórmulas matemáticas complejas, así como los jeroglíficos, estos últimos considerados la escritura más antigua del mundo.

En breve, los orígenes del método científico, de la fabricación del vidrio y de la navegación a vela, así como el descubrimiento del calendario de 365 días, también tienen sus inicios en la civilización egipcia.

El lado oscuro de las culturas

De la misma manera como estas culturas, en términos generales, fueron artífices de obras constructivas para que el ser humano ampliara su conocimiento y su conciencia, también protagonizaron manifestaciones negativas para los seres humanos de su época (esta información puede ampliarse en libros históricos y en el espacio cibernético).

Ahora bien, sin desconocer los grandes logros como los ya mencionados, hay que reconocer que, a lo largo de la historia, diferentes civilizaciones se centraron en diversas formas de agradar a sus dioses para obtener beneficios y para lo cual entregaban algo a cambio, siendo el sacrificio humano una práctica común en muchas de esas culturas en diferentes rincones del mundo.

Los estudiosos de la materia han publicado cientos de estudios que hablan sobre los sacrificios en las diferentes culturas. Solo por hacer un breve recuento, en el antiguo Egipto, algunas personas decidían morir voluntariamente para hacer honor a sus dioses o a su rey; por su parte, la cultura china ancestral estuvo marcada por la dinastía Shang, en la cual, hombres jóvenes eran sacrificados y enterrados sin ninguna de sus pertenencias, también se sacrificaban niños y bebés de manera violenta.

Igualmente, el pueblo Celta también fue conocido por sus rituales de sacrificios: enterraban una espada en la espalda del hombre y luego observaban sus movimientos hasta que moría; y todo ello en nombre de su religión

Sin embargo, los rituales cruentos más conocidos fueron los llevados a cabo en la América precolombina, por parte de las culturas de los Aztecas, los Incas y los Mayas, tribus indígenas que realizaron grandes y devastadores sacrificios humanos, tanto de voluntarios como de aquellos que denominaban como enemigos o prisioneros, tanto niños y adultos. Sus prácticas son reseñadas por antropólogos e historiadores como desgarradoras y violentas.

En síntesis, hay que aceptar esas grandes obras constructivas de esos diferentes grupos humanos milenarios. Cultura y conciencia: no importa la cultura a la que se pertenezca porque ningún ser humano decide dónde nacer, pero el ser humano sí es responsable de asumir sus actos, más allá del ambiente en el cual ha sido preparado para la vida y debe tomar conciencia de las implicaciones de su manera de obrar. Cada quien debe hacer su propio juicio del medio en el que vive y actuar para fortalecer lo que sea pertinente, retomando lo que es positivo de otras culturas y desechando lo que implica sacrificios.

Lo cierto es que la cultura no tiene la culpa. ¿Cuánto daño se ha forjado a partir de las creencias y las ideologías? Es tiempo de liberarnos de todas estas ideas que pueden hacer daño a la integridad del ser humano.

Imágenes copipegadas de: http://bit.ly/2uJLf90,  http://bit.ly/2ube8hA  y http://bit.ly/2u6izte  (Pixabay: banco de imágenes gratuito / Los URL tienen técnica de acortamiento aplicado)

Por:

Adriana Patricia Cano Mesa

Comunicadora – Uniremington

acano@uniremington.edu.co

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