El Graffitour de Medellín

Sin embargo, después de finales de 2002, época de la recordación “Operación Orión, intervención militar estatal, la iniciativa de los jóvenes de la comuna ha llevado a la famosa comunidad 13 ha remozado su rostro urbano y transformado su historia, mostrando al resto de la ciudad, al país y al mundo un ejemplo de arte callejero, cultura y Hip Hop. Las paredes de casas, locales comerciales y cualquiera que esté vacante y con permiso expreso, han sido convertidas en lienzos coloridos que cuentan con una historia que no quiere que se repita. Es también una forma de mantener en la memoria que esos parceros que murieron en el medio del conflicto y que hoy son para cambiar el presente de los habitantes de la comunidad 13 y de aportar valores optimistas a las nuevas generaciones.

Afortunadamente, en medio de los infaltables obstáculos, estos procesos de cambio social permiten que hoy, la población de los 24 barrios que componen esta comuna centro-occidental de Medellín, expresen un testimonio de reconciliación con el valor agregado de una apertura al mundo. De hecho, Graffitour, es una de esas puertas de entrada a la 13.

De caminada …

Nuestro guía es Daniel Felipe Quiceno -Perro, su apodo- quien creció recorriendo los barrios de la comuna. Él vivió de cerca los momentos enconados de la violencia en este sector de Medellín. Rememora las situaciones peligrosas en las que viene venir de la muerte. Expresa con su habla y sus gestos para el sufrimiento de los habitantes de estos barrios debido a que se trata de un indiscriminado, producto de los actos irracionales de los que no se puede encontrar. “Sufrimos estigmatizaciones de toda clase; ser de la comuna 13 era ser rechazado, no había trabajo, no había subir en taxis, nadie nos quería venir a visitar “, nos contó Perro mientras caminábamos por las calles del Graffitour.

Ahora bien, una pregunta obligada era: “¿Cómo y cómo surgió este movimiento social en la comunidad? El recuento: mediante un trabajo arduo de muchos jóvenes, luego de seis fuertes operaciones militares oficiales, incluyendo la de Orión, un movimiento que genera nuevas formas de percibir la vida, de reeducación y convivencia, Pervivir en la idea constante de resistir a la adversidad , lo que otros también llaman resiliencia, pero que para los gestores de una nueva comunidad era una opción para sobrevivir y dar testimonio de una vida digna.

“Comenzamos a trabajar en pro de nuestra felicidad, cambiando de referencias con un festival y un cuento que se llama ‘Revolución sin muertos’; esa es nuestra apuesta política. Con esto queremos generar una nueva revolución, pero no era como ellos lo proponían; en este sentido, hay acuerdo con el gobierno y con la guerrilla en lo que sea que haga un cambio, pero no por intermedio de las víctimas, porque más víctimas no resucitarán víctimas y ningún ejército para nosotros defiende la paz “ , asegura Perro.

Hoy, Graffitour, es una propuesta innovadora, aún en medio de estas laderas que siguen fijando los recuerdos y las huellas de la guerra; donde también se denuncian fosas comunes en las que se encuentran todavía cuerpos que siguen buscando las familias de esas desapariciones e incertidumbres.

En efecto, y sin desconocer que siguen latentes factores que buscan desequilibrar el esfuerzo de convivencia civilista de la comunidad, lo que debe resaltarse es la labor visible de los que han sido considerados como la única opción el respeto por la vida y la reconciliación en la comunidad.

Indudablemente, este cambio de paradigmas es lo que ha hecho que la comunidad 13 de Medellín tenga una nueva oportunidad de vida; es una motivación para que se respeten entre ellos y sus ideologías; ha sido un incentivo para que la economía del sector vaya creciendo, y sobre todo, para hacer un solo alarmar de que hacen parte de una ciudad innovadora, no simplemente por el novedoso sistema de escaleras eléctricas que se encuentran al servicio de la comunidad en sus vistosas lomas, por el impacto social que tienen estas acciones y por las estrategias de convivencia que se están generando en torno al arte callejero, visto como una expresión de reconciliación y una apuesta a la educación de las futuras generaciones.

Los artistas de la comuna son liderados por el colectivo Casa Kolacho, que es un fenómeno cultural que quieren rendir a los jóvenes de la 13, específicamente del sector de San Javier, un artista urbano nacido en estas calles y que hace parte de los centenares de víctimas que han dejado este conflicto. Sí, para ser más preciso, Héctor Pacheco “Kolacho”, para los que lo conocieron, lo definen como un hombre que luchó por demostrar que tiene más valía el arte que las armas; fue una persona que vio en las expresiones urbanas una de las mejores maneras de contar la historia de su barrio, como una necesidad de mostrar la mejor cara de la gente que habita esta zona de la ciudad y, que a lo largo de cerca de siete años, ha podido sobrepasar las barreras territoriales o “fronteras invisibles” también se les denomina.

aminando y caminando por la 13, Daniel Felipe, Perro, reiteró: “Esto es una referencia para los jóvenes, porque a través del grafiti se puede viajar, adquirir fácilmente una beca, sobretodo, que cambia la vida de uno; porque ya no se mantiene pendiente de las cosas malas, sino de educar para poder lograr una mejor obra “.

En suma, con esa visión de futuro que provocó Graffitour, creó y fortaleció a través de la unión de diversos movimientos artísticos urbanos, los cuales se han dedicado a un plasma sus historias en los muros de los barrios, ya son murales, y cambiaron las armas del ayer por las latas de pintura en aerosol, con el cual también se puede escribir: bienvenidos a la 13, bienvenidos al arte.

Imágenes: cortesía de la Dirección de Mercadeo de Uniremington.