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Fácil es elegir unos zapatos, la comida o una película en el cine... Con tu futuro no es lo mismo, escoge bien, escoge la carrera ideal para ti. ¡nosotros te ayudamos! Con nuestro quiz descubrirás tu vocación. Haz click ¡aquí ! y realiza tu quiz
“Uniremington al parque en Medellín y su área metropolitana” es un aporte directo en beneficio de las comunidades de nuestros entornos, yendo más allá de la oferta académica y consolidando la proyección social de Uniremington en diversos ámbitos. “La Corporación Universitaria Remington es de la comunidad, ha crecido para la comunidad y trabajamos para la comunidad”, afirma el doctor Arcadio Maya Elejalde – Rector de Uniremington. Y sin duda alguna, el programa “Uniremington al parque” es una muestra fidedigna de la proyección social de nuestra institución universitaria, complementando la integralidad profesionalizante y humana de Uniremington. De dónde surge “Uniremington al parque” En una reseña elaborada por John Fredy Castro Álvarez, docente-investigador de la Facultad de Ciencias de la Salud, y publicada en el periódico “En-Torno” de septiembre de 2016, (medio de comunicación institucional de Uniremington), explicó que la idea de este programa, la cual se ha venido consolidando en jornadas ya institucionalizadas, se originó en el curso de Microbiología y Parasitología del programa de Enfermería de Uniremington, adscrito a la Facultad de Ciencias de la Salud, con el objetivo de motivar al estudiante a aprehender los aspectos básicos sobre los microorganismos y contextualizarlos en el proceso salud-enfermedad. Se buscaba entonces retomar los contenidos de las clases y adaptarlos a actividades de promoción y prevención donde los estudiantes consiguieran apropiarse de los conceptos claves y aprovechar sus destrezas para compartirlas con la comunidad externa en relación con la promoción de la salud y prevención de ciertas enfermedades infecciosas. A este proceso se unió la Facultad de Medicina Veterinaria de Uniremington, lo cual ha enriquecido el programa, ya que en las jornadas programadas, además de realizarse las actividades pertinentes de promoción de la salud y prevención de la enfermedad de las personas, se ha incluido la información debida frente al cuidado de las mascotas, así como su atención debida. El objetivo general… “Uniremington al parque” busca institucionalizar, lo cual ya se ha venido consolidando, unas actividades en las cuales se pueda interactuar con los transeúntes de Medellín y otros municipios del departamento de Antioquia, y poderles transmitir pautas y conocimientos básicos para que identifiquen y tomen mayor conciencia acerca de diversos problemas de salud y las diferentes formas de prevenirlos, tanto en las personas como en la población animal. Vale anotar que la primera jornada de este programa se llevó en 2016 en el tradicional parque Berrío, en pleno corazón del centro de Medellín. Su acogida, ha hecho que periódicamente se repita en este lugar. Igualmente, nos hemos descentralizado, llevando el programa al parque central del barrio Manrique, al nororiente de nuestra ciudad. Asimismo, “Uniremington al parque” se realiza en los municipios de Girardota y Copacabana, los que hacen parte del área metropolitana de Medellín. Algunas actividades en las jornadas • Promoción y prevención de enfermedades infecciosas. • Tamizaje de tensión arterial e índice de masa corporal. • Prevención de lesiones de causa externa. • Microcharlas sobre enfermedades zoonóticas. Igualmente, siempre se ubica un estand institucional donde está disponible toda la información de los programas académicos y de servicios que oferta Uniremington. Impacto institucional y social del evento Este esfuerzo de “Uniremington al parque” es un aporte directo en beneficio de las comunidades de nuestro entorno, yendo más allá de la oferta académica y proyectando nuestras fortalezas en beneficio de la ciudadanía, la salud familiar y de nuestras mascotas y otros animales. En suma, en cada jornada realizada, los rostros alegres y orgullosos de estudiantes, docentes, personal administrativo y, en especial, los transeúntes, son alicientes para esforzarnos en el fortalecimiento continuo de “Uniremington al parque”.
La Escuela Remington fue la primera Institución en Antioquia para brindar formación para el trabajo y el desarrollo humano. Un lugar donde muchos de nuestros abuelos y padres se educaron y aprendieron a usar sus historias, usando la máquina de escribir.
El programa de Medicina Veterinaria, además de los medios institucionales. Cuenta con una sede campestre ubicada en el km 9 Vía santa Elena, la cual inicialmente fue concebida como un centro social para la institución y posteriormente se adaptó como una sede de prácticas para los estudiantes de la Facultad de Medicina Veterinaria. La sede de Santa Elena actualmente cuenta diferentes áreas, dotadas con medios educativos para apoyar el proceso formativo de los estudiantes del programa de Medicina Veterinaria. Para tal fin cuenta con: -Laboratorio -Aula-laboratorio -Quirófano La sede cuenta además con diversas áreas, herramientas y elementos necesarios para el desarrollo de las actividades educativas, de extensión e investigación, tales como áreas de huerta, vivero, establos, perreras, consultorio, entre otras. Conoce más
Escoger una carrera profesional es una de las decisiones más difíciles de tomar, ya que, cuando se elige la carrera se elige el futuro profesional. Para decidir bien es necesario tener en cuenta nuestras afinidades y habilidades en determinadas áreas del conocimiento (enlace al test vocacional), las cuales determinarán qué queremos estudiar. Sin embargo, es normal encontrarse con un amplio panorama en cuanto a carreras y sentirse un poco perdido en la toma de dicha decisión, puesto que existe muchísimas opciones. Pero, ¿cómo elegir una carrera afín y vigente en el contexto colombiano?, para eso tenemos este ranking de 5 carreras con una buena proyección laboral en el país: 1. Administración de empresas Si te gustan los procesos de los negocios en el ámbito local, nacional o internacional, el desarrollo social y económico del país esta es la carrera para ti. Administración de empresas es una de las carreras con mayor demanda laboral y amplio campo de acción en Colombia, con un promedio de 7.000 ofertas mensuales para administradores y una amplia tasa salarial, y de vinculación: 86% en promedio. 2. Ingeniería de sistemas Para quienes gustan de mejorar la calidad de vida de las personas y las organizaciones a través de sistemas y del uso de las tecnologías de la información y la comunicación, para hacer más ágiles y fáciles las tareas complejas como las del día a día, la ingeniería de sistemas es la carrera recomendada. Esta es una de las carreras con alto porcentaje de ocupación y, además, se sitúa también en la tasa de salarios altos. 3. Contaduría En 2017 suena con fuerza la contaduría como una de las carreras importantes en Colombia, quienes son los encargados de procesar hechos financieros, económicos y sociales que ocurren en las organizaciones, como imagen veraz de las cifras y la información relacionada con estas. Una carrera con alta oferta laboral para los profesionales de la contaduría, los cuales son difíciles de encontrar en el mercado. 4. Publicidad, comunicación, periodismo y marketing Estas carreras de áreas de las comunicaciones tienen alta demanda y vigencia gracias a la evolución de la comunicación y de internet. Cada vez es mayor la tendencia a tener profesionales de estas áreas generando las estrategias de comunicación online y offline para las organizaciones, si te gustan estas áreas, estas son grandes opciones profesionales. 5. Sicología Al igual que las áreas de la comunicación y el mercadeo, los profesionales de estas áreas tienen gran participación en los sectores organizacionales, sociales y económicos, por su perfil y las nuevas tendencias laborales. Esta carrera ocupa el 2% de las ofertas laborales nacionales. Recuerda, elegir la carrera para tu futuro es muy importante, por ello debes tomarte el tiempo de descubrir tus gustos y afinidades, ya que, de estos dependerá que tu formación profesional sea un éxito y seas ese profesional que el mercado laboral actual está necesitando. Conoce más Fuentes: http://noticias.universia.net.co/educacion/noticia/2015/12/17/1134832/20-carreras-universitarias-mayor-demanda-mejor-pagadas-colombia.html http://www.elempleo.com/co/noticias/investigacion-laboral/conoce-el-informe-de-tendecias-laborales-de-elempleocom-5166 http://www.dinero.com/economia/articulo/las-carreras-con-mayor-ofertas-de-empleo-en-colombia/241961
A propósito del artículo: “La tecnología para el lenguaje español: ¿un mal necesario?” el cual publiqué el 29 de junio del año en curso en Edublog, hice memoria frente a algunas anotaciones y lecturas que he “digerido” en relación con las diferencias de la redacción tradicional o clásica y aquella que se plasma en internet, sobre todo en el género periodístico. A propósito del artículo: “La tecnología para el lenguaje español: ¿un mal necesario?” el cual publiqué el 29 de junio del año en curso en Edublog, hice memoria frente a algunas anotaciones y lecturas que he “digerido” en relación con las diferencias de la redacción tradicional o clásica y aquella que se plasma en internet, sobre todo en el género periodístico. También recordé algunas inducciones y lecturas en donde se recalca que para la edición y despliegue de textos en el mundo del ciberespacio (sitios web y redes sociales, en particular), hay que tener en cuenta aspectos como las “cabeceras h1 con la keyword principal de cada contenido”; o que “la descripción debe ser de 250 caracteres máximo”; que “la url del contenido debe tener la palabra clave, ojalá, al comienzo de la frase”, entre otros parámetros que aconsejan los especialistas en el ramo. Y tienen los argumentos: estas pautas son fundamentales para que los navegantes en internet se topen con la información requerida sobre los productos o servicios que ofrecen las incontables de empresas o entidades del mundo, sin importar su rango, nacionalidad, filosofía, experiencia, etcétera. Medios que no se excluyen En particular, creo que realmente no hay un “versus” entre la redacción clásica o tradicional y la evolución que hoy enmarca el ciberespacio para alojar contenidos visibles, estadísticamente populares y que mantengan unos criterios de calidad en su estilo y redacción. No se excluyen. De hecho, aunque son dos espacios diferentes, en ellos también confluyen usuarios que gustan de la lectura de medios impresos (libros, revistas, periódicos, etc.) que buscan complementar una información a través de sitios web específicos, y viceversa. En síntesis, se complementan. Precisamente –y no es paradoja–, en mi “navegación” a través de internet me encontré con una explicación, que, a mi juicio, es muy coherente y precisa; que resume las diferencias entre la redacción tradicional y la que está orientada hacia la web. Leí, por ejemplo, en el blog “Vivilia.com”, lo siguiente: “A diferencia de lo que puedas creer, la distinción fundamental entre los libros, revistas o periódicos impresos y los artículos de la web no es el soporte físico o electrónico. Lo que marca la diferencia es la forma de presentar los contenidos adaptados a un perfil específico de lector con motivaciones diferentes. […] Quien lee un libro o una revista especializada busca profundizar en un tema en particular, mientras que el usuario de Internet espera encontrar una información rápida y sencilla para aclarar sus dudas. Además, no suele pasar mucho tiempo en una misma página. Tampoco acostumbra a leer textos muy largos. Los expertos afirman que un internauta ni siquiera lee, sino que “escanea” la información fijándose solo en las palabras o frases que le llaman la atención”. Hay que dejar claro que la ética, la veracidad y la claridad en los contenidos son valores que no hacen excepciones. En este contexto de búsqueda de respuestas, también me encontré con unas diferencias que se exponen en Miamidiario.com (“Vive Miami en español”), referidos especialmente al campo periodístico: “…los lectores digitales requieren que sea el medio quien jerarquice las noticias y destaque qué es lo más importante porque no cuenta con las mismas estrategias de visualización de los medios tradicionales. En los medios impresos, el lector puede armar y determinar la importancia de las noticias debido al tamaño del titular, la tipografía y espacio que ocupa cada información. A diferencia de los medios impresos, los cuales sabemos que contendrán las informaciones más importantes del día anterior; los medios digitales se enfrentan al reto de la inmediatez que, aupado por el auge de redes sociales como Twitter en donde el periodismo ciudadano juega un papel fundamental, hacen que sus dinámicas de trabajo sean mucho más rápidas para poder ser competitivos y estar actualizados. Al lector digital le interesa conocer "el aquí y el ahora", mientras que el de impreso, sabe que obtendrá la misma información, pero con mayor profundidad. Una de las cualidades esenciales de los medios digitales es que, en una misma publicación no sólo le permite al lector conocer la información de primera mano, sino que, por su naturaleza multiplataforma, brinda otros complementos de la noticia como videos, galerías, enlaces relacionados […] Uno de los retos del periodista digital es el lenguaje, puesto que, dada las necesidades de información del lector y la naturaleza del medio, se ve en la necesidad de crear contenidos más directos y totalizadores que permitan en una lectura rápida recopilar la mayor cantidad posible de datos relevantes. Se supone que el lector de impresos cuenta con un mayor tiempo para leer, por lo que es el mismo quien arma el "mapa" de sus intereses y cómo accede y jerarquiza la información que el medio le presenta. En cuanto al lenguaje, ya habíamos comentado que el lector digital requiere de la economía del lenguaje para hacer su lectura más amena, mientras que en el mundo impreso se suele recurrir (sic) la reiteración de ideas por no poseer el concepto de entradas múltiples, retroceder la página, etc. (sic) […]” Por todo lo anterior, en lo posible traté de escribir enfocado hacia un canal virtual, sin saber en verdad si he logrado hacerlo de la mejor manera. Ello me deja más convencido de que cada vez más es necesario adentrarme –adentrarnos– en esas pautas específicas para redactar contenidos en esta evolución hacia el ciberespacio. Enlaces de fuentes referenciadas (Los URL tienen técnica de acortamiento aplicado): Blog Vivilia.com: http://bit.ly/2vTPVct MiamiDiario.com: http://bit.ly/2tEEKYq Imágenes copipegadas de: http://bit.ly/2eJn1IF; http://bit.ly/2vCM2sW; http://bit.ly/2tEjnXg y http://bit.ly/2v100b1 (Pixabay: banco de imágenes gratuito / Los URL tienen técnica de acortamiento aplicado). Por: César Augusto Muñoz Restrepo Corrector de estilo institucional de Uniremington cmunoz@uniremington.edu.co
Antes de adentrarme a la cuestión que referencia el título de este artículo, debo reconocer que el texto: “La cultura del lenguaje en Colombia, una mixtura de extranjerismos y coloquialismos”, que publiqué en dos entregas en la intranet de Uniremington, en este espacio de Edublog, en la categoría “Cultura”, me motivó a esbozar –para ser justo– los aportes históricos de otros idiomas y culturas al lenguaje hispano o castellano. Antes de adentrarme a la cuestión que referencia el título de este artículo, debo reconocer que el texto: “La cultura del lenguaje en Colombia, una mixtura de extranjerismos y coloquialismos”, que publiqué en dos entregas en la intranet de Uniremington, en este espacio de Edublog, en la categoría “Cultura”, me motivó a esbozar –para ser justo– los aportes históricos de otros idiomas y culturas al lenguaje hispano o castellano. Ahora bien, solo será una reseña que puede ser un “abrebocas” para quien quiera investigar más fondo esta evolución del idioma español hasta nuestra época de la denominada generación Milenio (generación Y o los Millennials). De todas maneras, hay unas estadísticas recientes que siguen evidenciando la importancia actual de nuestra lengua en el mundo. Para la muestra, comparto de forma literal dos apuntes del texto: “El español una lengua viva – Informe 2016”, editado por el Instituto Cervantes: “En 2016, más de 472 millones de personas tienen el español como lengua materna. A su vez, el grupo de usuarios potenciales de español en el mundo (cifra que aglutina al grupo de dominio nativo, al grupo de competencia limitada y al grupo de aprendices de lengua extranjera) alcanza casi 567 millones. El español es la segunda lengua materna del mundo por número de hablantes, tras el chino mandarín, y también la segunda lengua en un cómputo global de hablantes (dominio nativo + competencia limitada + estudiantes de español)”. (Los resaltados son mío e intencionales). Sin embargo, más allá de esa queja de muchos de los que somos defensores de la irónica “pureza” del idioma español en relación con la invasión de los famosos extranjerismos, la mayoría de ellos innecesarios, debemos recordar, tal como se afirma en el texto digital: “Día del Idioma”, publicado por Iefaangel.Org, lo siguiente: “Hemos afirmado que el castellano nació de la evolución del latín vulgar. Por tanto, la estructura gramatical de nuestro idioma es completamente latina y la mayor parte de su vocabulario está formado por palabras de esa lengua, más o menos evolucionadas”. Algunas lenguas y culturas aportantes Lo cierto es que no todo nuestro idioma español proviene del latín vulgar. Otras lenguas, históricamente, aportaron de manera importante al léxico que hoy utilizamos, entre ellas, las siguientes: El árabe Según varias fuentes históricas, del árabe se retomaron más de cuatro mil palabras. A continuación, algunos ejemplos citados en: “Lenguas y culturas que influyeron en el léxico español” (Etimologías de Chile.Net): “Palabras que empiezan por "al-": alacrán, albóndiga, alcázar, aldea, alfil, alfombra, algarabía, algodón, alhaja, almacén, almanaque, alquería y alubia. Al- en árabe es equivalente a los artículos españoles el o la. Cuando está antes de z- se asimila. Así tenemos: azabache, azafata, azafrán, azar, azimutal, azófar, azotea, azúcar y azulejo. Términos relacionados con substancias y la química: albayalde, alcalino, alquimia, ámbar, aceite, alcohol, café, elíxir, soda, y tabaco. Algunas palabras que se refieren a la organización político-militar: adalid, alcalde, alcaide, alférez, alferza, alguacil, almirante y jeque. Palabras relacionadas con el comercio: aduana, alhóndiga, almacén, almoneda, arancel, maravedí, tara y tarifa Y estas otras palabras: ajedrez, asesino, azafata, ensaimada, jaqueca y serendipitoso”. El griego A partir del de la época del Renacimiento, según datos históricos, el español acudió al griego para formar nuevas palabras. Por ejemplo: “La formación de los días de la semana y las siguientes palabras tienen origen griego: atleta, Biblia, gélido, matemática, menopausia, morfina, política, programa, sarcófago, y tártaro”. (Etimologías de Chile.Net). Lenguas germánicas Esta influencia tuvo su origen en la invasión de la península española por parte de los pueblos germanos en el siglo V. Según datos históricos, “[…] Estas voces pertenecen casi siempre a instrumentos, costumbres y usos distintos de los existentes en el mundo romanizado. Los germanos, dejaron en la lengua española términos de legislación, como gabela y feudo, otros de carácter militar, como guerra, guardia, espuela, robar, botín, tropa, brida, yelmo, guante, dardo, estoque y de costumbres domesticas: escanciar, guisar, brasa”. (Iefangel.Org) El francés Homenaje, mensaje, fraile, monje, manjar, vinagre… El italiano Diseño, fachada, bizarro, campeón, novela, soneto, banca, charla, clientela, escopeta… Lenguas neolatinas peninsulares (el gallego-portugués) Capullo, chubasco, sarao, bandera, biombo, mermelada, caramelo… Las lenguas indígenas americanas (indoamericanas) Estas también han hecho su aporte al idioma español, siendo las de mayor difusión el quechua (lengua oficial del Perú y hablada aproximadamente por 12 millones de personas en ese país, así como en Bolivia, Ecuador, norte de Argentina y en el sur de Colombia); el guaraní (lengua nacional de Paraguay y hablada allí por, aproximadamente, tres millones de personas; igualmente en varias regiones de Argentina y en ciertos enclaves de Brasil y Bolivia); el maya (hablado aproximadamente por un millón de personas en Guatemala, sur de México, Belice y parte de Honduras); el aymara (hablado en Bolivia, en el norte de Chile y en el sur de Perú); y el náhuatl (México y El Salvador). En relación con estas lenguas indígenas, en el sitio web Iefangel.Org, se afirma: “Así como España llevó al continente su idioma, éstas (las indoamericanas) han aportado a la lengua española multitud de vocablos de sus distintas lenguas que en una primera etapa correspondían a fenómenos privativos de las regiones americanas, como los nombres de la flora y la fauna y los accidentes climáticos, como tabaco, chocolate, canoa, tiburón, huracán, patata, tomate. Posteriormente las peculiaridades americanas se han extendido a un campo mayor (…) Todos estos vocablos reciben el nombre de americanismos”. (El resaltado es mío e intencional). Finalizo con la siguiente reflexión: el idioma español, seguramente por innumerables siglos más, seguirá siendo una lengua viva, que aportará al mundo su léxico, pero también mantendrá abiertas sus puertas a expresiones de otros idiomas y culturas en procura de una mayor y mejor comunicación entre los habitantes del planeta Tierra. César Augusto Muñoz RestrepoPor: Corrector de estilo institucional de Uniremington cmunoz@uniremington.edu.co Bibliografía web (mejor que “webgrafía” o “cibergrafía”): Instituto Cervantes (http://bit.ly/29jBB4K), Iefangel.Org (http://bit.ly/2eEoHna) y Etimologías de Chile (http://bit.ly/2dwtimp) / Los enlaces tienen técnica de acortamiento aplicado). Imágenes copipegadas de: http://bit.ly/2eB9saM, http://bit.ly/2eGmsj5, http://bit.ly/2eZjRxR, http://bit.ly/2wC9Srv y http://bit.ly/2gHWpZn (Pixabay: banco de imágenes gratuito / Los enlaces tienen técnica de acortamiento aplicado).
En la primera entrega de esta temática en Edublog, en la intranet de Uniremington, me referí a que “un manual de estilo institucional (enfocado hacia lo editorial, especialmente), no debe tomarse como una normativa “policiva” y restrictiva”. En la primera entrega de esta temática en Edublog, en la intranet de Uniremington, me referí a que “un manual de estilo institucional (enfocado hacia lo editorial, especialmente), no debe tomarse como una normativa “policiva” y restrictiva”. Igualmente, retomé de forma argumentativa algunos conceptos que se expusieron en el “Décimo Seminario Internacional de Lengua y Periodismo - Manuales de estilo en la era de la marca personal”, realizado en España en 2015, y cuya lección inaugural estuvo a cargo del escritor colombiano Héctor Abad Faciolince, de quien cité algunas opiniones al respecto. Para volver al hilo del asunto, en la pasada edición precisé sobre la necesidad de los manuales de estilo editoriales en cualquier organización (comercial, gubernamental, académica, etcétera). En esta oportunidad amplío estos aspectos, centrado más en los elementos de dichos manuales y en las conclusiones del seminario internacional al que ya hice alusión. Reitero: los manuales de estilo en cualquier organización son de gran trascendencia a la hora de planear escritos de toda índole, e incluso, proyectos y módulos educativos. “Norma y estilo no se oponen, se complementan” Navegando en internet y explorando sobre la importancia y referentes de los manuales de estilo, me encontré con múltiples opiniones y reflexiones sobre su elaboración y aplicación-. En este sentido, apelo entonces a mi subjetividad –de buena fe, claro está– transmitiendo algunos conceptos de la comunicadora social y teóloga española, Esther Azón Fernández (productora y guionista de radio y TV; responsable de comunidades virtuales o community manager; redactora de noticias y presentadora de noticieros). Ella me ayuda a responder una pregunta que es muy común en nuestro medio, especialmente en el ámbito académico: ¿Qué son y para qué sirven los manuales de estilo? “Los manuales de estilo otorgan identidad, y constituyen un conjunto de normas para la escritura y el diseño de documentos, que proporcionan uniformidad en el formato. Hay tantos, y son tan variados, como el propio propósito de los mismos. Pero su utilidad es innegable para la unificación de estilos, la redacción, y la presentación de cualquier documento o publicación. Un manual de estilo no se crea para enseñar a escribir o cómo aplicar una determinada regla ortográfica, sino para reglamentar preferencias de uso. Aborda, de forma detallada, cuestiones relativas a la escritura y al lenguaje; a los aspectos formales de la lengua escrita, así como también a los aspectos gráficos, técnicos y funcionales en el caso de los sitios web y de las aplicaciones”. (Los resaltados son míos e intencionales). Ester Azón reflexionó además sobre algunos ámbitos muy cercanos a nosotros, como lo son el académico, el investigativo y el organizacional: […] las guías de estilo se revisan y adaptan periódicamente, y su principal función es establecer preferencias o matizar normas en ciertos contextos, tan variados como las disciplinas existentes. Por ejemplo, a los investigadores se les recomiendan unas pautas de estilo para sus artículos y libros; y a los autores, los editores les proporcionan sus propias directrices. Los departamentos de comunicación de las empresas tienen su manual de estilo editorial, y las ONG los suyos. Los diarios tienen, además de sus diversas líneas editoriales, manuales de estilo específicos sobre muchas otras cuestiones, entre las que se encuentra, por ejemplo, el diseño gráfico para la maquetación de sus páginas”. (Los resaltados son míos e intencionales). Sumado a lo anterior, quiero destacar algunos apartes de las conclusiones del “X Seminario Internacional de Lengua y Periodismo - Manuales de estilo en la era de la marca personal”, realizado en octubre de 2015 en San Millán de la Cogolla (La Rioja) - España): “[…] 1. Norma y estilo no se oponen, se complementan Sin norma no hay estilo; es necesario conocerla antes de adoptar decisiones estilísticas, antes de innovar. 2. Los libros de estilo siguen teniendo sentido Los libros de estilo de los medios siguen teniendo sentido: los ayudan a dotarse de una voz propia, marcan preferencias cuando hay varias posibilidades admisibles, iluminan las zonas grises de la norma, ayudan a interpretar las grandes obras académicas, que en ocasiones son complejas... 3. Los libros de estilo no pueden estar en un altar En demasiadas ocasiones, los libros de estilo se quedan en las estanterías y se consultan poco. Hay que lograr que sean orgánicos, que formen parte de la cultura de la redacción. 4. Los manuales de estilo pueden ser útiles para el público Los manuales de estilo más generales, dirigidos a un público amplio, más allá de los límites de las redacciones, tienen utilidad en esta época en la que cada ciudadano es un medio capaz de comunicar y busca orientación para expresarse correctamente. 5. Los libros y manuales de estilo deben adaptarse a los nuevos tiempos Los libros y manuales de estilo deben contemplar que los contenidos creados para internet responden a unas pautas de escritura y lectura adaptadas a las pantallas y en las que no solo se escribe para personas, sino también para robots, especialmente para los buscadores. 6. Eliminar y adelgazar los sistemas de edición y corrección de los medios compromete su calidad Además de libros de estilo, los medios necesitan correctores, asesores lingüísticos o editores profesionales que revisen el producto final. 7. Los correctores hacen mejores escritores y periodistas Libros de estilo y correctores-asesores lingüísticos profesionales son complementarios. Los segundos recurren a los primeros, los consultan y aplican. El autor suele ser el peor corrector de su propio texto. Se necesita un ojo entrenado (para detectar), imparcial (no implicado en el texto) y conocedor de los recursos (como los manuales de estilo). (El resaltado es mío e intencional). La relación entre corrector y redactor ha de ser de confianza. Un buen corrector hace mejores redactores. La labor de estos profesionales de la calidad del texto es accesible y asequible y, en un mundo en el que todos somos o podemos ser medios, deberá estar presente en ámbitos donde hasta ahora apenas lo ha estado: blogs, autoedición…” En síntesis, un manual de estilo aporta al fortalecimiento de una identidad institucional, la cual, en términos reales es la que marca la diferencia y la notoriedad frente a otras organizaciones. Desde luego, ello exige el seguimiento y respeto de una normatividad establecida, la que debe entenderse como una “guía asesora para los escritos que procedan de la institución, incluyendo los que se publican en las redes sociales, los mensajes publicitarios y el uso de los elementos visuales que identifican a la entidad”, tal como lo planteé en la primera entrega de esta temática. En suma, debemos tener en cuenta que somos parte de un entorno globalizado al cual debemos adaptarnos para una eficaz comunicación e interacción individual e interinstitucional. César Augusto Muñoz RestrepoPor: Corrector de estilo institucional de Uniremington cmunoz@uniremington.edu.co Bibliografía web (mejor que “webgrafía” o “cibergrafía”): HopeMedia (http://bit.ly/2iX0zNX) y Cotranslating (http://bit.ly/2gEaYx4) / Los enlaces tienen técnica de acortamiento aplicado. Imágenes copipegadas de: http://bit.ly/2w0cITu, http://bit.ly/2eE9R01 y http://bit.ly/2vFswzw (Pixabay: banco de imágenes gratuito / Los enlaces tienen técnica de acortamiento aplicado).
En 2015, en la primera edición de En-Torno, periódico universitario institucional de Uniremington, tuve el honor de continuar teniendo un espacio para compartir con ustedes la actualidad y el análisis de diversos aspectos relacionados con nuestra lengua española. En 2015, en la primera edición de En-Torno, periódico universitario institucional de Uniremington, tuve el honor de continuar teniendo un espacio para compartir con ustedes la actualidad y el análisis de diversos aspectos relacionados con nuestra lengua española. Precisamente, en noviembre de ese año, consideré pertinente tratar el tema relacionado con los manuales de estilo de las organizaciones que son de gran trascendencia a la hora de planear escritos de toda índole, e incluso, proyectos y módulos educativos. Hoy me permito aprovechar la tribuna de “Edublog”, en la intranet de Uniremington para recalcar acerca de este asunto (no se trata de “repetir” algo sin sentido), que en muchas ocasiones también es polémico en muchas instituciones. De hecho, quiero anotar que el título de esta columna –y el contenido, por supuesto–, si bien tiene una orientación general desde las perspectivas educacional y formativa, es intencional y enfocado a los canales editoriales de promoción y difusión de Uniremington, porque estos, a la par de las exigencias del medio y el mercado, demandan un manual de estilo, el cual, como algunos lo piensan –equivocadamente– no es exclusivo para los medios masivos de comunicación escritos. En consecuencia, una entidad que se precie de una coherencia entre su misión, filosofía, políticas, valores y objetivos, debe tener presente que es importante que todo ello se vea reflejado y unificado en un manual de estilo. Y, ¡cuidado!, por favor no confundir con el manual de etiqueta y protocolo empresarial –necesario también, claro está–. Guía asesora… En este orden de ideas, parto de la siguiente premisa: un manual de estilo institucional (enfocado hacia lo editorial, especialmente), no debe tomarse como una normativa “policiva” y restrictiva; al contrario, es una guía asesora para los escritos que procedan de la institución, incluyendo los que se publican en las redes sociales, los mensajes publicitarios y el uso de los elementos visuales que identifican a la entidad. Tengamos en cuenta también que somos parte de un entorno globalizado al cual debemos adaptarnos para una eficaz comunicación e interacción individual e interinstitucional. Para sustentar lo anterior, me permito retomar algunos conceptos que se expusieron en el “Décimos Seminario Internacional de Lengua y Periodismo - Manuales de estilo en la era de la marca personal”, que se realizó en octubre de 2015 en España, y cuya lección inaugural estuvo a cargo del escritor colombiano Héctor Abad Faciolince. Él, entre varias afirmaciones, hizo las siguientes: […] “Aunque soy todo menos un experto, me temo que debo anotar algo sobre el tema de este encuentro, los «Manuales de estilo periodísticos». Estos no son inútiles; nuestra lengua está llena de insidias, trampas, zancadillas, y al redactar uno siempre duda si poner las comillas antes o después del punto, o si escribir con mayúsculas o minúsculas el «a.m. y el «p.m. de ante y post meridiano, o si el plural de colibrí es colibrís o colibríes. Conviene que en un mismo periódico, en un portal de noticias o en un blog, este criterio no cambie en cada página, y que en la primera no escribamos Irak con k y en la quinta Iraq con q. A la hora de hablar o de escribir, todos tenemos simpatías, antipatías y prejuicios lingüísticos. Estos son tan caprichosos como los antojos en las embarazadas: raros e inmotivados. Pero debemos ser tolerantes y curiosos con las manías ajenas, y ponernos de acuerdo, para que sea más fácil leernos y comprendernos entre los distintos y distantes usuarios de este mismo idioma. La unidad no es un asunto de imperio, sino de claridad y de comodidad de lectura…” (El resaltado es mío) […] No sé si ustedes estarán de acuerdo, pero a mí me parece un poco antipático controlar cómo se peina, cómo se viste, cómo come, cómo habla y cómo escribe la gente. Sin embargo, uno no puede ni vestirse ni comer ni hablar como le dé la gana siempre y en todo lugar. Solo lo puede hacer hablando solo, estando solo, comiendo solo. Y como no vivimos solos casi nunca, y como escribimos para otros, existen estos manuales que, sin embargo, creo que no deberían ser de etiqueta gramatical, sino más bien de higiene lingüística, es decir, de claridad, porque la lengua es un medio de diálogo y de comprensión”. (El resaltado es mío) (Ver bibliografía) De otro lado, traigo a colación un concepto del reconocido filólogo español, Alberto Gómez Font, quien en una conferencia que ofreció en Lima (Perú), en febrero de 2015, afirmó: “El manual de estilo de una empresa busca la excelencia en el uso de la lengua y en algunos casos es elaborado para obtener «prestigio social»”. En esa ocasión, Gómez Font destacó además que: “Es positivo que cualquier empresa tome la decisión de tener cierto interés en que sus documentos estén bien escritos”. (Ver bibliografía) En general, en esta primera entrega de “Hacia un manual de estilo cohesionador”, artículo que gira en torno a los manuales de estilo, me motiva primordialmente hacer precisión sobre la necesidad de estos en cualquier empresa. Es importante siempre tener en cuenta que estos son una guía estilística integral que cohesionan editorialmente la misión, visión y proyectos de una organización académica, pensados y aplicados conforme a los retos actuales del entorno educativo nacional e internacional. En una segunda entrega me permitiré ampliar este tema, centrado más en los elementos de los manuales de estilo y en las conclusiones del “Décimo Seminario Internacional de Lengua y Periodismo - Manuales de estilo en la era de la marca personal”, realizado en España. Por: César Augusto Muñoz Restrepo Corrector de estilo institucional de Uniremington cmunoz@uniremington.edu.co Bibliografía web (mejor que “webgrafía” o “cibergrafía”): http://bit.ly/1LbhfWh y http://bit.ly/2vATQLn (Los Url tienen técnica de acortamiento aplicado) Imágenes copipegadas de: http://bit.ly/2vG5RhW, http://bit.ly/2xK07VK y http://bit.ly/2xukC9w (Pixabay: banco de imágenes gratuito / Los Url tienen técnica de acortamiento aplicado).
En la pasada entrega, me comprometí a que en este segundo y último capítulo de la serie “La cultura del lenguaje en Colombia, una mixtura de extranjerismos y coloquialismos”, compartiría con ustedes varios ejemplos concretos de términos y frases que enmarcan el “fenómeno” del uso, en unas veces abusivo, y en otras de forma incorrecta, de anglicismos y coloquialismos que “bombardean” a Antioquia y Colombia, y claro está, a otros países sura y centroamericanos, especialmente. En la pasada entrega, me comprometí a que en este segundo y último capítulo de la serie “La cultura del lenguaje en Colombia, una mixtura de extranjerismos y coloquialismos”, compartiría con ustedes varios ejemplos concretos de términos y frases que enmarcan el “fenómeno” del uso, en unas veces abusivo, y en otras de forma incorrecta, de anglicismos y coloquialismos que “bombardean” a Antioquia y Colombia, y claro está, a otros países sura y centroamericanos, especialmente. Me permito retomar dos apartes del artículo pasado, que creo que son pertinentes recordar para introducir los ejemplos: “[…] Los extranjerismos son aquellas que se importan sin modificaciones y las que causan más controversia ya que si bien a veces son necesarios, otras veces se utilizan por razones de distinción o por ignorancia del equivalente en español”.* (El resaltado en negrilla, es mío.) Y, por otra parte, “[…] como se dice en la filosofía popular: ‘todos los extremos son malos’. No es recomendable abusar de los coloquialismos en ciertos textos o medios que ameritan un lenguaje universal, debido a la diversidad de públicos que los pueden leer o escuchar; y, sobre todo, cuando, afortunadamente, ya no hay fronteras “invisibles” en el ciberespacio”. Listado “top” Comparto un “top” –he ahí el término que encabeza el listado- de esa mixtura de extranjerismos y coloquialismos que se han vuelto comunes para nuestros oídos, e incluso, en textos, principalmente publicitarios y electrónicos de las redes sociales. Extranjerismos: Top: adjetivo que en inglés se refiere a algo –o alguien– que está ubicado en la parte más alta o en el extremo superior de cualquier cosa. Ya es normal –lo que no quiere decir, aceptable–, oír o leer titulares en nuestro medio, como: “Top 10 de los países más felices del mundo”. Alternativas (así sean más extensas en español): “de primer nivel, sobresaliente, entre los mejores, de primera línea”… Community manager: la Fundación del Español Urgente (Fundéu), recomienda que “se opte por términos españoles como gestor o responsable de comunidades virtuales, digitales, en línea o de internet”. Vale aclarar que no faltan los charlatanes e irreverentes que lo denominan como: “‘chateador’ remunerado”. Outsourcing: se define como asesoría externa. En los países hispanos, en un limpio español, se puede denominar como: externalización y tercerización. Speaker: aclara la Fundéu que “En muchos casos, la voz inglesa speaker es un anglicismo innecesario que es preferible sustituir por equivalentes españoles como: portavoz o vocero; ponente o conferenciante; orador, interlocutor, presentador, animador o locutor, según el contexto. conferencista. Outlet: algunos de sus significados en español, son: salida, desembocadura y desagüe. En general, en nuestro medio, se define como “tienda de productos descatalogados y rebajados”; mejor dicho, y adelantándome a una expresión coloquial del listado respectivo, es un almacén donde se “desenhuesan” de mercancía de mala calidad y con poca posibilidad de venderse. Ranking: o “ranquin” como la hemos adaptado. Mejor: lista, tabla clasificatoria, clasificación o escalafón (acorde con las circunstancias). Online: u on-line. Mejor: en línea. Crossover: su significado para el español es “fusión”. Para colmo, ha sido mal adaptado por los establecimientos de esparcimiento y discotecas que se promocionan con “música crossover”, ya que esto último realmente es “combinar elementos de rítmicas y expresiones que por costumbre no suelen ir juntas en una misma composición” y no forzar la audición, por ejemplo, de la mezcla de baladas con el punk, seguido de un porro sabanero. Shopping y mall: centro comercial o centro de compras (en nuestro medio es más utilizado por que se cree que da caché). Monitorear: es mejor utilizar monitorizar, supervisar o vigilar (el anglicismo que sirvió de raíz es monitor que significa pantalla de control) Coloquialismos: Retomo varias expresiones coloquiales que se utilizan mucho en nuestro medio y otros países de Latinoamérica, los cuales se registran en el diccionario oficial de la Real Academia Española de la lengua (DRAE) y en el diccionario de Americanismos, proveniente de la RAE. Y reitero que ello no avala el abuso de esos regionalismos: Desenhuesarse: se utiliza sobre todo en Colombia con el significado de “Deshacerse de mercancía de mala calidad y sin posibilidad de venta”, como se hace en los outlet de los cuales ya hice referencia. Alebrestado(da): alborotado (que obra sin reflexión); que muestra ensoberbecimiento; que se enamora con frecuencia; enfadado, enojado. Bacán(a): en lenguaje juvenil, muy bueno, estupendo, excelente; dicho de una persona o de un espectáculo (taquillero). Buseta: (de bus); autobús pequeño. Carcacha: Máquina, aparato o vehículo inútil y desvencijado. Chanchullo: (de chancha); Manejo ilícito para conseguir un fin, y especialmente para lucrarse. En Colombia, es muy conocido –y usado–. Desinflar: desanimar, desilusionar rápidamente. Embarrar: causar daño, fastidiar; cometer un delito; equivocar; estropear (echar a perder). Encanar: (de cana); en el lenguaje del hampa, meter a alguien en la cana, de la que salvan muchos corruptos y chanchulleros en Colombia. Filo: hambre (ganas y necesidad de comer). Por ahora, un fraternal good bye, esperando que “todo bien, todo bien”, como diría El Pibe. César Augusto Muñoz RestrepoPor: Corrector de estilo institucional de Uniremington cmunoz@uniremington.edu.co Bibliografía web (mejor que “webgrafía” o “cibergrafía”): http://bit.ly/1XijHBk, http://bit.ly/2va62q8, http://bit.ly/2wBObIX, http://bit.ly/2vsMpov, http://bit.ly/2wrnqqf y http://bit.ly/2xfHYzN (Los Url tienen técnica de acortamiento aplicado) Imágenes copipegadas de: http://bit.ly/2g8Kkw6, http://bit.ly/2iuO9fY y http://bit.ly/2xfNBOd (Pixabay: banco de imágenes gratuito / Los url tienen técnica de acortamiento aplicado).