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Antes de adentrarme a la cuestión que referencia el título de este artículo, debo reconocer que el texto: “La cultura del lenguaje en Colombia, una mixtura de extranjerismos y coloquialismos”, que publiqué en dos entregas en la intranet de Uniremington, en este espacio de Edublog, en la categoría “Cultura”, me motivó a esbozar –para ser justo– los aportes históricos de otros idiomas y culturas al lenguaje hispano o castellano.
Antes de adentrarme a la cuestión que referencia el título de este artículo, debo reconocer que el texto: “La cultura del lenguaje en Colombia, una mixtura de extranjerismos y coloquialismos”, que publiqué en dos entregas en la intranet de Uniremington, en este espacio de Edublog, en la categoría “Cultura”, me motivó a esbozar –para ser justo– los aportes históricos de otros idiomas y culturas al lenguaje hispano o castellano. Ahora bien, solo será una reseña que puede ser un “abrebocas” para quien quiera investigar más fondo esta evolución del idioma español hasta nuestra época de la denominada generación Milenio (generación Y o los Millennials).
De todas maneras, hay unas estadísticas recientes que siguen evidenciando la importancia actual de nuestra lengua en el mundo. Para la muestra, comparto de forma literal dos apuntes del texto: “El español una lengua viva – Informe 2016”, editado por el Instituto Cervantes:
“En 2016, más de 472 millones de personas tienen el español como lengua materna. A su vez, el grupo de usuarios potenciales de español en el mundo (cifra que aglutina al grupo de dominio nativo, al grupo de competencia limitada y al grupo de aprendices de lengua extranjera) alcanza casi 567 millones.
El español es la segunda lengua materna del mundo por número de hablantes, tras el chino mandarín, y también la segunda lengua en un cómputo global de hablantes (dominio nativo + competencia limitada + estudiantes de español)”. (Los resaltados son mío e intencionales).
Sin embargo, más allá de esa queja de muchos de los que somos defensores de la irónica “pureza” del idioma español en relación con la invasión de los famosos extranjerismos, la mayoría de ellos innecesarios, debemos recordar, tal como se afirma en el texto digital: “Día del Idioma”, publicado por Iefaangel.Org, lo siguiente:
“Hemos afirmado que el castellano nació de la evolución del latín vulgar. Por tanto, la estructura gramatical de nuestro idioma es completamente latina y la mayor parte de su vocabulario está formado por palabras de esa lengua, más o menos evolucionadas”.
Algunas lenguas y culturas aportantes
Lo cierto es que no todo nuestro idioma español proviene del latín vulgar. Otras lenguas, históricamente, aportaron de manera importante al léxico que hoy utilizamos, entre ellas, las siguientes:
El árabe
Según varias fuentes históricas, del árabe se retomaron más de cuatro mil palabras. A continuación, algunos ejemplos citados en: “Lenguas y culturas que influyeron en el léxico español” (Etimologías de Chile.Net):
“Palabras que empiezan por "al-": alacrán, albóndiga, alcázar, aldea, alfil, alfombra, algarabía, algodón, alhaja, almacén, almanaque, alquería y alubia.
Al- en árabe es equivalente a los artículos españoles el o la. Cuando está antes de z- se asimila. Así tenemos: azabache, azafata, azafrán, azar, azimutal, azófar, azotea, azúcar y azulejo.
Términos relacionados con substancias y la química: albayalde, alcalino, alquimia, ámbar, aceite, alcohol, café, elíxir, soda, y tabaco.
Algunas palabras que se refieren a la organización político-militar: adalid, alcalde, alcaide, alférez, alferza, alguacil, almirante y jeque.
Palabras relacionadas con el comercio: aduana, alhóndiga, almacén, almoneda, arancel, maravedí, tara y tarifa
Y estas otras palabras: ajedrez, asesino, azafata, ensaimada, jaqueca y serendipitoso”.
El griego
A partir del de la época del Renacimiento, según datos históricos, el español acudió al griego para formar nuevas palabras. Por ejemplo: “La formación de los días de la semana y las siguientes palabras tienen origen griego: atleta, Biblia, gélido, matemática, menopausia, morfina, política, programa, sarcófago, y tártaro”. (Etimologías de Chile.Net).
Lenguas germánicas
Esta influencia tuvo su origen en la invasión de la península española por parte de los pueblos germanos en el siglo V. Según datos históricos, “[…] Estas voces pertenecen casi siempre a instrumentos, costumbres y usos distintos de los existentes en el mundo romanizado. Los germanos, dejaron en la lengua española términos de legislación, como gabela y feudo, otros de carácter militar, como guerra, guardia, espuela, robar, botín, tropa, brida, yelmo, guante, dardo, estoque y de costumbres domesticas: escanciar, guisar, brasa”. (Iefangel.Org)
El francés
Homenaje, mensaje, fraile, monje, manjar, vinagre…
El italiano
Diseño, fachada, bizarro, campeón, novela, soneto, banca, charla, clientela, escopeta…
Lenguas neolatinas peninsulares (el gallego-portugués)
Capullo, chubasco, sarao, bandera, biombo, mermelada, caramelo…
Las lenguas indígenas americanas (indoamericanas)
Estas también han hecho su aporte al idioma español, siendo las de mayor difusión el quechua (lengua oficial del Perú y hablada aproximadamente por 12 millones de personas en ese país, así como en Bolivia, Ecuador, norte de Argentina y en el sur de Colombia); el guaraní (lengua nacional de Paraguay y hablada allí por, aproximadamente, tres millones de personas; igualmente en varias regiones de Argentina y en ciertos enclaves de Brasil y Bolivia); el maya (hablado aproximadamente por un millón de personas en Guatemala, sur de México, Belice y parte de Honduras); el aymara (hablado en Bolivia, en el norte de Chile y en el sur de Perú); y el náhuatl (México y El Salvador).
En relación con estas lenguas indígenas, en el sitio web Iefangel.Org, se afirma: “Así como España llevó al continente su idioma, éstas (las indoamericanas) han aportado a la lengua española multitud de vocablos de sus distintas lenguas que en una primera etapa correspondían a fenómenos privativos de las regiones americanas, como los nombres de la flora y la fauna y los accidentes climáticos, como tabaco, chocolate, canoa, tiburón, huracán, patata, tomate. Posteriormente las peculiaridades americanas se han extendido a un campo mayor (…) Todos estos vocablos reciben el nombre de americanismos”. (El resaltado es mío e intencional).
Finalizo con la siguiente reflexión: el idioma español, seguramente por innumerables siglos más, seguirá siendo una lengua viva, que aportará al mundo su léxico, pero también mantendrá abiertas sus puertas a expresiones de otros idiomas y culturas en procura de una mayor y mejor comunicación entre los habitantes del planeta Tierra.
César Augusto Muñoz RestrepoPor:
Corrector de estilo institucional de Uniremington
cmunoz@uniremington.edu.co
Bibliografía web (mejor que “webgrafía” o “cibergrafía”): Instituto Cervantes (http://bit.ly/29jBB4K), Iefangel.Org (http://bit.ly/2eEoHna) y Etimologías de Chile (http://bit.ly/2dwtimp) / Los enlaces tienen técnica de acortamiento aplicado).
Imágenes copipegadas de: http://bit.ly/2eB9saM, http://bit.ly/2eGmsj5, http://bit.ly/2eZjRxR, http://bit.ly/2wC9Srv y http://bit.ly/2gHWpZn (Pixabay: banco de imágenes gratuito / Los enlaces tienen técnica de acortamiento aplicado).